martes, 21 de abril de 2009

Vieetnaaaammmmssss.....

Toma tiempo sin escribir en el chisme este!!!! Bueno, han pasado muchas cosas en todo este lapso. Lo que me lleva a una reflexión….¿cuántas cosas podrían haber sucedido entre marzo y parte de abril si estuviese viviendo y trabajando en España? Creo que ni la mitad….. es lo bueno que tiene vivir en un sitio tan diferente y tan abstraída de lo que es mi vida “normal”,con mi familia y amigos cerca, con un grupo de personas en mi misma situación.(aunque el concepto de “vida normal” está empezando a cambiar para mí y ya no creo que vuelva a usar esta expresión nunca más. Esta vez, la voy a dejar así escrita…..hablaré sobre ello en otro post)


Reflexiones que me llevan a andar por las ramas aparte, contemos la última aventura…..paisajes verdes, bosques de bambú, arrozales, mar, bahías, islas, montañas, minorías étnicas, playas, civilizaciones antiguas, ciudades caóticas, ruido. Trenes nocturnos, autobuses, aviones, taxis, bicicletas, motos………….10 días en Vietnam. Zona norte, para más señas.

Esta vez no contaré el viaje en orden cronológico con lo hecho en el día a día, cada vez me vuelvo más perezosa y me cuesta más escribir al más puro estilo “mi diario”, así que me voy a dedicar a enumerar los sitios en los que hemos estado y lo que más me ha llamado la atención de cada lugar.

Hanoi. Me sorprendió, me cautivó, me encantó. Ruidosa. Llena de motos y de humos. Caótica. Gris y colorida al mismo tiempo. Llena de vietnamitas con gorritos cónicos (tendrán bichos también los suyos? Jaja…). Mercadillos en la calle. Aceras tomadas por sillitas y mesitas de miniatura con gentes tomando birras por doquier. Paseos agradables alrededor del lago….muy muy chula.


Halong Bay. Bonita la bahía. Estuvimos dos días y dos noches. Una en un temerario barco pirata que surcaba el mar en dirección a la isla de Cat Ba y la otra en la islita verde. Formaciones rocosas curiosas, aguas un tanto sucias, muchos barcos llenos de turistas, comida bastante decente, excursiones entretenidas. Para mí, lo mejor la isla, con sus arrozales verdes, sus sonidos de naturaleza, sus playitas, sus búfalos de agua, el bambú, el rodaje de nuestro corto “que vienen los charlies de nuevo” conmigo en el papel protagonista de Rambo. ¿Os acordáis de eso familia?, jajaja…






Sapa. Montañas, arrozales y minorías étnicas. Para mí de lo mejorcito del viaje si nos abstraemos del hecho de que podría considerarse el “Benasque de Vietnam” en cuanto al nivel turístico que hay y que las minorías étnicas allí hablan mejor inglés que yo casi. Precisemos, los gobiernos tanto vietnamita como chino, como también, me da la sensación, del resto de países de Asia, dan muchas ayudas a las minorías étnicas para dar continuidad a su modo de vida y a sus costumbres. Obviamente son grupos que atraen mucho la atención de la gente y sitio en el que viven sitio que se convierte en foco de atracción turística, y por consiguiente, de ingresos. Así pues, la educación – clases de inglés desde muy pequeñitos incluidas - es gratuita para estas personas que viven en chocitas de madera, barro y paja (me recordaban a los dibujos de las casitas del cuento de los tres cerditos) y se dedican a cultivar los campos y a la artesanía para vender a los turistas. He de decir que me sorprendió que nos acompañaran en los trekkings que hicimos por el lugar, desde el principio hasta el final, cargando con bebés atados a la espalda y con cestas de mimbre llenas de cositas para vender, pero más me sorprendió verlas jugar al póker en un bar por la noche con una destreza increíble, así con sus vestidos y sus aros en las orejas y todo….(quiero pensar que se trataba de lugareños vietnamitas no pertenecientes a estas etnias, pero vestidos de ellas. Yo misma me compré un traje!!!) En definitiva, y pese a que hubiera bastantes turistas, unos paisajes increíbles, una neblina mañanera que me recordaba a amaneceres de mi infancia (ya estamos en el papel de abuela cebolleta) en Infiesto (Asturias) y un aire puro inmejorable. La experiencia del tren nocturno tanto a la ida como a la vuelta muuuuuyyy chula. Lo peor: las quemaduras del sol durante el trekking, que me dibujaron la camiseta que llevaba puesta en la piel – pero si estaba nublado, mamá!!! -


Hue. Antigua ciudad imperial de los reyes Nguyen. Fue durante mucho tiempo el centro cultural educativo y religioso del país. Muy muy bonita. Paseíto en barquito por el río Perfume (nos tangaron, jarl…pero muy agradable….), por su mercado (telita con el mercado!!! Carniceros descalzos cortando la carne en el suelo, vísceras de vaca llenitas de moscas a la venta en un pañuelito en el suelo, etc, etc, etc, etc…), por la ciudad prohibida (muy muy chula y de aspecto antiguo, pero con menos años casi que yo. Fue reconstruida totalmente tras la guerra).

Hoi An. Playita, piscinita, cocktailitos tropicales, hmm…..Tras haber amenazado a David todo el viaje con que nos cogeríamos una supermoto de alquiler como él cuando llegáramos a la playa, he de reconocer que tanto Luci como yo nos hicimos caquitas y acabamos con un par de bicis. Lo que no quita para que condujésemos la de David y se nos diese PERFECTO. Lástima que sólo estuviésemos un día aquí y fuera el último, no sólo por el tema de las motos, sino porque me encantó. Me recordó a las playas de España hace 20 años (o más!), cuando no había tantos edificios en primera, segunda, tercera, …, séptima línea de mar, ni paseos marítimos ni ná de ná, sólo la playa con sus buenos matorrales y la carreterilla bordeando el mar. En este caso en vez de matorrales, palmeras a cascoporro. Y nosotras en nuestras bicis silbando bellos cánticos con la melodía de Verano Azul, la laaaaaaa la laaaaaaa lalala….Nos hicimos un vestido vietnamita (es el paraíso de los trajes a medida listos para llevar en el mismo día), comimos marisquito (sigo esperando ese prometido marisco de Galicia supuestamente MEJOR Y MÁS SABROSO, para comprobarlo por mi misma) y nos despedimos de nuestras vacaciones vietnamitas y de unas gentes sonrientes, simpáticas y felices donde las haya.


Para terminar, una enumeración rápida de cosas que me han llamado la atención del país: Sus casas de estilo colonial, de colores y estrechas, sus gentes siempre sonrientes, lo que les gusta beber café (y siempre con leche condensada! Tienes que pedir leche normal específicamente si quieres un cortado), su comida (un poco sosa, pero yo como casi sin sal y ni lo noté. Muy saludable y variada). Y muchas, muchas, muchas cosas más :)




NOTA DE ÚLTIMA HORA. ACTUALIZACIÓN: Ante el desacuerdo de Luci al comentario de que nos hicimos caquitas con las motos y por eso cogimos bicis, ACLARO: No nos hicimos caquitas (y Luci mucho menos), resulta que no había motos automáticas, todas eran de marchas y, claro, David -velando siempre por nuestra seguridad- no nos dejó porque el seguro ICEX no nos cubre en viajes y temía que pudiera pasarnos cualquier cosa (por supuesto, él se cogió la única moto sin marchas que había...) Por mi parte añado, que Vietnam es el país de las motos por excelencia, y que si realmente hubiese habido un interés acérrimo en alquilar una moto sin marchas se podría haber mirado en el sitio de alquiler de motos de la acera de enfrente, no??? jejeje....Soy toda oídos... Luci? David?....